Ignacio Arellano Mora
El diputado federal por Convergencia, Alejandro Gertz Manero, pidió al periodismo en México no dejarse intimidar por la delincuencia organizada y por la corrupción que impera entre las autoridades puesto que señaló la sociedad quiere saber la verdad de lo que ocurre en el país a través de la información que se ofrece todos los días en los medios de comunicación.
El legislador quien preside la Comisión de Marina de la Cámara de Diputados, estableció que son los periodistas que permaneciendo en sus trincheras de la verdad hacen que en México se logre erradicar la corrupción de las autoridades y la extorsión de las bandas criminales, por lo cual instó a los informantes seguir con su trabajo para conocer la debacle de un programa de seguridad que no tiene sustento para obtener resultados favorables y que al contrario demuestra cada día que está agotado.
CALDERÓN UTILIZÓ LOS MEDIOS DE COMUNICACIÓN
Gertz Manero, doctor en Derecho, señaló que Felipe Calderón utilizó los medios de comunicación para declarar la guerra al crimen organizado cuando comenzó con su Gobierno, situación estratégica que logró revertir su cuestionado triunfo en las urnas y de esta forma tener niveles de aceptación en la sociedad.
Aunque refirió que la estrategia pronto cayó por si sola porque la publicidad en los medios nacionales colocó a Calderón con su oferta de guerra contra el narcotráfico, aunque sin poder sostenerse porque no hay calidad ni fuerza propia que consiga mantenerlo ante la realidad de violencia que sufre el país.
El legislador convergente precisó que la publicidad en los medios por parte del Gobierno con mensajes contra el crimen organizado es abrumadora, aunque expresó que las bandas delictivas han actuado en consecuencia al acallar a los medios de difusión que de buena fe y en cumplimiento de sus funciones exhiben la inseguridad de México y por eso hay que silenciarlos.
Para ejemplificar la corrupción de las estructuras del gobierno, Gertz Manero recordó que fue por los medios de comunicación que se supo la colusión de las autoridades carcelarias en un penal de Durango que organizaba a grupos de criminales al interior que salían del centro de readaptación para que se dieran los secuestros, extorsiones y ejecuciones lo que muestra el deterioro de las instituciones y que provocó como consecuencia el secuestro de varios periodistas de medios nacionales que fortuna ya fueron liberados.
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