Ignacio Arellano Mora
Las políticas públicas para superar la crisis en materia laboral han incentivado la creación de empleos eventuales, sin protección de seguridad social y con menores remuneraciones, de manera que ha disminuido la calidad del empleo al tiempo que aumenta su precariedad, señala el Centro de Estudios de las Finanzas Públicas (CEFP) de la Cámara de Diputados.
En el estudio “La Calidad del Empleo en México: la Crisis Laboral y sus Implicaciones”, menciona que dicha situación tiene diversas alcances de largo plazo sobre las finanzas públicas, pues se incrementa el gasto público a través de programas sociales que subsidian a la informalidad y se disminuye la capacidad de ahorro de los trabajadores para su retiro.
El reto, añade, es crear empleos con calidad para los 2.5 millones de desempleados y 13.0 millones de personas que han dejado de buscar trabajo o no lo buscan porque consideran que no tienen oportunidades, las cuales, en conjunto, conforman el 19.4 por ciento de la población mayor de 14 años.
Indica que uno de los efectos más notorios de la crisis en el mercado laboral ha sido la marcada pérdida de empleos permanentes, en comparación con la variación de puestos de trabajo eventuales, pues tras el estallido de la turbulencia financiera y hasta el punto más bajo de la recesión económica, es decir, entre octubre de 2008 y mayo de 2009, se habían perdido 701 mil 316 empleos con seguridad social.
Sin embargo, añade, el número de cotizantes permanentes al Instituto Mexicano del Seguro Social (IMSS) disminuyó en 570 mil 819 personas, mientras que sólo se perdieron 130 mil 497 puestos de trabajo eventuales, es decir, 4 de cada 5 plazas perdidas eran permanentes.
El documento menciona que hasta el cierre de junio de 2010 se habían logrado recobrar el 88.4 por ciento de los empleos perdidos, pero es de suma atención la rápida recuperación de los puestos de trabajo eventuales.
Mientras en octubre de 2009 se habían recobrado la totalidad de las plazas eventuales que se tenían en octubre de 2008, no ha sucedido lo mismo con los empleos permanentes, de los cuales aún faltan por recuperar 194 mil 471.
Este mismo hecho se observa en que los puestos de trabajo eventuales alcanzaron una tasa de crecimiento promedio anual de 14.7 por ciento, mientras que los empleos permanentes solo crecieron 2.8 por ciento.
El CEFP añade que la pérdida de empleos en el sector formal acentuó la informalidad, pues, de tener 81.6 empleos informales por cada 100 empleos con seguridad social en el cuarto trimestre de 2008, se pasó a 90.2 empleos informales por cada 100 cotizantes al IMSS, lo cual equivale a un retroceso de 5 años en el crecimiento del empleo formal.
Resalta que los trabajadores que conservaron sus empleos no enfrentan un panorama mejor, pues como resultado de la crisis, el crecimiento de los salarios se ha estancado, ya que el salario promedio de cotización al IMSS, que antes de la crisis crecía a tasas superiores al 5.0 por ciento anual, a partir del cuarto trimestre de 2009, únicamente promedia incrementos de 3.0 por ciento.
La proporción de trabajadores que ganan menos de dos salarios mínimos, precisa, ha crecido a mayor ritmo que la que gana más de tres.
Asimismo, entre el segundo trimestre de 2009 y el primero de 2010, se agregaron 238 mil 464 personas al grupo de trabajadores que perciben a lo más un salario mínimo, por lo que ya son en total dos millones 668 mil mini-asalariados, lo que evidencia que hay una pérdida en la calidad de los empleos, puntualiza el documento.
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