Ignacio Arellano Mora
Ahora que el Presidente Calderón se está aventando buenos riflazos, bien convendría, para que se viera que es en serio, que el Teletón fuera sustituido por un pobretón.
En la batalla campal desatada por la Ley de Ingresos 2010 que apenas este viernes va a soltar el Senado, la pregunta salta más que una liebre:
¿Por qué hasta ahora? ¿Por qué tres años después, el Presidente se da una asomadita a las 400 empresas que pagan muy poco al fisco?
Regímenes especiales y consolidación fiscal, es por donde escapan las poderosas empresas en evasión o elusión imprudentes y catastróficas que mantienen asfixiadas las finanzas públicas.
En 2008, esos emporios empresariales pagaron sólo 1.7 % de impuestos de sus extraordinarias utilidades.
En números absolutos, debieron enterar al Servicio de Administración Tributaria (SAT), 850 mil millones de pesos y a cambio, pagaron únicamente ocho mil 500 millones.
Los privilegios de la ley les permiten deducir lo que nos recetan, y que Calderón, en una segunda arremetida contra las “poderosas empresas”, sintetizó: “... Está bien que tengan actividades filantrópicas, patrocinen eventos deportivos y regalen equipos médicos, pero también deben pagar impuestos”.
Para que se entienda, la consolidación fiscal, por ejemplo, propicia que Televisa cargue el costo enorme que el América le significa a las utilidades de sus otras empresas y deducir, por supuesto, los impuestos que debiera entrañar esa operación “submarina”.
Y para echar tijera, el dueño de la otra televisora, Ricardo Salinas Pliego, le refutó de inmediato al mandatario: “El gobierno gasta mucho y gasta mal” y a mí mis timbres, pareció agregar con un “la mía (Grupo Salinas) si paga bastante, no se las demás”.
En el Senado habrá de quedar sepultado el IVA a 16 (quedará en los 15), y el 30 % al ISR, en lugar del 28, será aplicado a partir de seis salarios mínimos. De nuevo un bodrio fiscal que va directo contra los jodidos que con un ingreso salarial de 9 mil 900 pesos, van a pagar 77 pesos más por ISR, es decir, de un mil 37 pesos deberán pagar un mil 114 pesos.
Por ese incremento impositivo de 2%, su salario real quedará en ocho mil 786 pesos. Como si el pobre pudiera regalar dinero...
En resumidas cuentas, los que siempre pagan impuestos, pagarán más.
Seguirán empinándose más, sólo por no ser “poderosos empresarios” ni por pertenecer a la economía informal. Por ser, eso sí, ¡cautivos del SAT!
Tampoco funciona que Los Tigres del Norte, con su canción “La Granja”, surjan como reivindicadores sociales y que por tal razón les fuese cerrado el Auditorio Nacional la noche del miércoles.
Hay visos, no tiene remedio, de que nos estamos acercando al callejón sin salida... aunque Gobernación de Gómez Mont haya salido, tarde por cierto, a pretender reparar el tigrerazo.
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