Ignacio Arellano Mora
La Confederación Nacional Campesina (CNC) denunció este domingo que la carestía atenta contra la tradicional “ofrenda a los muertos” ya que los productos de temporada registran aumentos hasta del 400 por ciento, lo que afecta millones de hogares mexicanos.
Cruz López Aguilar, presidente de la CNC , lamentó que por la anarquía del mercado pocas familias honren como es debido a sus difuntos, debido a los incrementos al precio del azúcar y la gasolina, además del desmedido “coyotaje” y acaparamiento que obliga a los comerciantes elevar hasta en cuatro veces los precios de las flores, veladoras, parafinas, cirios, dulces, panes y adornos de papel.
De acuerdo con informes de los dirigentes de las 32 Ligas de Comunidades Agrarias y Sindicatos Campesinos cenecistas, los floricultores, principalmente de Tlaxcala, Puebla y el Estado de México, reportaron baja en su producción de la flor de muerto o Cempasúchil a causa de que también se dispararon con anterioridad los precios de insumos como fertilizantes e insecticidas.
El encarecimiento de las flores se da sobre todo en los cementerios que existen en la capital del país donde una gruesa de gladiolas que cuesta cien pesos en la Central de Abastos, y que consta de cuatro docenas, se revende a 80 pesos cada una.
Lo mismo sucede, agregó, en los alrededores de las zonas lacustres de Pátzcuaro y Janitzio, en Michoacán; pueblos de las delegaciones de Tláhuac, Xochimilco y Milpa Alta, en el Distrito Federal; en Chiapas, Oaxaca y Veracruz, lugares en los que se registrare de manera importante la tradición.
A través de un recorrido por las principales zonas de venta de la Ciudad de México se constató que en el caso del pan de “muerto” su precio se elevó en 200 por ciento, mientras que las “calaveritas” de dulce tuvieron un incremento de hasta 10 pesos por pieza, según el tamaño y el lugar donde se compren.
Las veladoras más baratas subieron su valor de cinco a diez pesos; el paquete de 12 de 80 a 100 pesos, en tanto que las de vaso de cristal se incrementaron hasta en cinco pesos la pieza.
Con respecto a la flor, los que más sufren para sacar sus costos son los productores de Puebla, Estado que ocupa el segundo lugar nacional en la generación de Cempasúchil, después del Estado de México, con 8 mil 828 toneladas en una superficie de 803 hectáreas cultivadas, cuya cosecha es adquirida casi regalada por intermediarios para venderla en los estados de Jalisco, Nuevo León, Distrito Federal y la zona del Bajío. Los floricultores poblanos de la región de Atlixco se quejaron de que por el alto costo del fertilizante este año bajó la producción.
Un rollo de flor de Cempasúchil que venden en 40 pesos, cuando llega a la ciudad de Puebla se adquiere hasta en 100 pesos; y los días primero y 2 de noviembre alcanza un costo de 200 pesos.
En el caso de la Ciudad de México, tiendas de autoservicio, los 312 mercados públicos y mil 126 tianguis los aumentos injustificados se dan en las calaveritas de dulce y chocolate, las veladoras, los adornos de papel y las frutas con que se conmemora también el Día de los Santos Difuntos.
En los panteones civiles de Iztapalapa, San Lorenzo Tezonco, Sanctorum, Jardín, Español, Inglés, Americano, Dolores, Francés de la Piedad , San Joaquín, La Candelaria , Jardines del Recuerdo, San Juan de Aragón, Tepeyac, Ticomán, Cuautepec Barrio Bajo y San Rafael, entre otros, la flor de Cempasúchil y la nube se vende hasta en 150 pesos el manojo, 300 por ciento más que en las temporadas bajas.
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