15 de junio de 2010

Consumen mexicanos apenas el 50% de leche: Jiménez Merino

*** Se importan anualmente 190 mil toneladas del lácteo en polvo

Ignacio Arellano Mora

El coordinador de los 84 diputados federales de la Confederación Nacional Campesina (CNC), Alberto Jiménez Merino, informó que la Organización de las Naciones Unidas para la Agricultura y la Alimentación (FAO) recomienda un consumo anual de leche por persona de 180 litros, pero que el promedio en México es de 97, apenas el 50 por ciento, debido a la falta de apoyos al sector ganadero del país.

La leche y la carne, agregó, son indispensables para el adecuado desarrollo físico y mental de las personas y por ello debe de ser una de las mayores prioridades en los apoyos alimentarios, porque no se produce el lácteo que se requiere ya que anualmente se tienen que importar más de 190 mil toneladas.

“Pero es producto en polvo para rehidratar resultando 8 litros por cada kilogramo, de algo que puede ser todo menos leche, pues ésta sólo puede ser la que proviene de las vacas. Lo rehidratado es una fórmula láctea de muy diversa composición pues tampoco hay normas oficiales de salud que lo atiendan”, explicó el exrector de la Universidad Autónoma de Chapingo”, apuntó.

El también aspirante a la presidencia de la CNC manifestó que México es el primer importador en el mundo de lo que se llama leche en polvo y destacó que el déficit agroalimentario, la diferencia de lo que ingresa por ventas y lo que se paga por compras al exterior, es negativo en un promedio de 2 mil millones de dólares.

Importamos, aseguró, en promedio la mitad de los alimentos que consumimos. La dependencia alimentaria pasó del 10 por ciento en el 2004 al 40 por ciento en 2006 y tan sólo del 2005 al 2008 la importación de carne de bovino aumentó 440 por ciento, la de aves 280 por ciento, la de cerdo 210 por ciento, la de maíz 85 por ciento y la de sorgo 44 por ciento.

El diputado federal Jiménez Merino lamentó que la planeación del desarrollo nacional ha estado ausente de las políticas públicas, debido a que ha sido más importante combatir los efectos de los problemas que las causas; porque tampoco “hemos dedicado tiempo para identificar, clasificar, priorizar y atender los problemas nacionales”.

Se ha dado prioridad, indicó, en crear programas asistenciales que sólo contengan la pobreza, además de emprender batallas pérdidas contra la inseguridad o impulsar reformas políticas inútiles. Se incrementan presupuestos para mejor armamento y patrullas, pero se olvida apoyar la educación, el agua, la producción de alimentos, impulsar programas de empleo y generación de riqueza.

En materia de productividad ganadera, concluyó, es común observar el olvido, casi menosprecios del sistema educativo por las necesidades de los más pobres, cuando es necesario preparar a los ganaderos para que, organizados, se junten a fin de aumentar el inventario ganadero y encontrar canales de comercialización fijos y crecientes, sin olvidar la creación de centros de mejoramiento genético, así como el establecimiento de praderas mejoradas.

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