Ignacio Arellano Mora
De acuerdo con su reporte titulado Evaluación de la Jornada Electoral , el Centro de Estudios Sociales y de Opinión Pública (CESOP) indicó que la conformación de la Cámara de Diputados en la elección intermedia usualmente se considera como el termómetro de aprobación del gobierno en turno.
En este sentido, refiere que los resultados mostraron que los electores castigaron al PAN y al PRD por diversas razones y le dieron una confianza suficiente al Partido Revolucionario Institucional para votar leyes y el presupuesto anual. De facto, agregó, eso obliga al Ejecutivo a negociar directamente con el PRI.
Enfatizó que el número de diputados que tendrá el PRI le otorga por ley y tradición ciertas áreas clave en el control de la Cámara , desde la presidencia de las comisiones más relevantes, hasta la presidencia de la misma.
El documento subrayó que en estas elecciones también se eligieron gobernaturas, congresos locales y presidencias municipales.
El PRI ganó, con una excepción, todas las gubernaturas en disputa, y controla los congresos locales y los municipios de las ciudades más importantes, con una señalada excepción, la Ciudad de México. La capital de la República sigue siendo tradicionalmente perredista, aun con los problemas internos de este partido.
El reporte menciona que en las elecciones, el descontento de los ciudadanos se mostró en la promoción del voto nulo, con un mensaje de rechazo al sistema de partidos, pero sin promover cambios específicos a éste.
Otra muestra de desafección, refiere, es el desinterés en participar en el proceso electoral; la abstención se pronosticaba alta, ya que mantenía una tendencia de crecimiento de casi diez puntos, en 1991 fue de 34.47 por ciento y en 2003 de 58.8 por ciento.
Sin embargo, esta tendencia se vio revertida quizás por la percepción de que el país se enfrenta a problemas serios, con una abstención de 56 por ciento.
Aclaró que el porcentaje del voto nulo, a pesar de ser más alto que el voto de la mayoría de los partidos pequeños en lo individual, no compromete a ningún partido a nada. Este voto reunió el 5.39 por ciento de la votación total federal.
Contrastado con otras elecciones intermedias, en 1991 fue de 4.38, en 1997 de 2.84 y en 2003 de 3.36; estos porcentajes muestran que el voto nulo, a pesar de haber tenido seguidores en algunos distritos, sólo logró un 2 por ciento de la votación y el resto puede atribuirse al error.
El reporte añadió que la reforma electoral del 2006 incorporó al sistema nuevas regulaciones, especialmente en la transmisión de mensajes en televisión. Asimismo, da cuenta de los efectos de la evaluación que hace el Instituto Federal Electoral (IFE) de la aceptación de estas normas por los medios.
Por último, el análisis explicó que la eventual distribución de comisiones en la LXI Legislatura estaría conformada por el PRI con 21 ordinarias y 9 especiales, para hacer un total de 30; le seguiría el PAN con 13 ordinarias y 6 especiales; PRD 6 y 3; PVEM 2 y 1; PT una y una; Convergencia 1 ordinaria, al igual que PANAL.
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