Ignacio Arellano Mora
La evolución acelerada de las sociedades actualmente se ha reflejado en cambios importantes de los problemas de salud; hoy las enfermedades infecciosas atacan a la población más vulnerable.
Las precarias condiciones de vida de muchos de los capitalinos se expresan, entre otras cosas, en elevados índices de enfermedad y muerte prematura por estas causas.
Dijo lo anterior el diputado local Fernando Espino Arévalo, en el marco de las reformas a la nueva Ley de Salud para el Distrito Federal y que fue aprobada por unanimidad por el pleno de la Asamblea Legislativa, en su último periodo extraordinario de sesiones con lo cual dio por culminada la IV Asamblea Legislativa de Distrito Federal (ALDF).
De acuerdo con la Organización Mundial de la Salud (OMS), apuntó el legislador, se han descubierto 40 enfermedades nuevas en el mundo, así como las reemergentes (enfermedades aparentemente controladas o eliminadas).
“Los científicos dicen que si los microorganismos llegaron primero que el hombre, permanecerán aun cuando éste se haya ido, ya que los microorganismos tienen una extraordinaria capacidad de adaptación para detectar los cambios ecológicos del planeta, pues con esto garantizan su subsistencia”, argumentó.
En este sentido, comentó que la población que vive en la capital del país, presenta condiciones de salud muy complejas, pues coexisten enfermedades infecciosas y carenciales, con patologías crónicas y problemas derivados de la violencia, la inseguridad y los accidentes; estas condiciones de marginación resultan aun más notorias en las delegaciones de Tláhuac, Milpa Alta, Iztapalapa y Xochimilco, así como en las zonas de más reciente urbanización que todavía sufren carencias en su infraestructura urbana.
A esta desigualdad, añadió, y ante la enfermedad y la muerte, tenemos que sumarle el deterioro de los servicios públicos de salud e incluso su inexistencia, con lo que el derecho constitucional de acceso a la protección de la salud queda aniquilado y como un mito; porque no cabe duda que la reciente contingencia sanitaria por el virus de la influenza AH1N1, dejó al descubierto las deficiencias y precariedades del sistema de salud, tanto nacional como local.
LAS POLÍTICAS PÚBLICAS DEBEN DE SER INCLUYENTES
El también presidente de la Comisión de Asuntos Laborales y Previsión Social de la Asamblea Legislativa del Distrito Federal, destacó que “es por ello que las políticas públicas de salud deben ser incluyentes y las acciones médico-sanitarias intensivas y de carácter eminentemente preventivas, sobre todo en las zonas de mayor rezago y precariedad, lo que resulta una responsabilidad primigenia para este órgano legislativo, es decir, hoy tenemos que sentar las bases que permitan estructurar una política social integral para el Distrito Federal.
En tal virtud, afirmó, la modificación del marco jurídico en materia de salud resulta una demanda ciudadana inaplazable, pues la ley vigente no responde a las circunstancias que prevalecen hoy en día en la capital del país.
En el dictamen aprobado, dijo el diputado Espino Arévalo, “es el producto del esfuerzo de un grupo muy amplio de prestigiados científicos, médicos, paramédicos, instituciones públicas y privadas y público en general y de los diputados de la IV Legislatura”.
Hizo hincapié que con el ordenamiento que se aprobó, se le dará un nuevo orden a la citada Ley; mejorarán las disposiciones de órganos, tejidos, células y componentes de seres humanos; atacando los problemas estructurales de las instancias administrativas responsables de la atención de la salud; finiquitando el proceso de descentralización de los servicios de salud en el Distrito Federal, pendiente desde 1997 y atender prioritariamente los problemas relativos a la salud mental,
Asimismo, se retomará la verificación sanitaria abandonada desde 1997; se definirán los derechos y obligaciones de los usuarios de los servicios de salud; se atenderá la problemática de las enfermedades infecto contagiosas y se atacarán los problemas inherentes a la obesidad y desnutrición, entre otros aspectos.
En este marco, el también presidente de la Comisión de Vigilancia del Sindicato Nacional del Sistema de Transporte Colectivo-Metro, señaló que la Ley de Salud vigente data de 1987, contaba de 114 Artículos, pero con las reformas a este ordenamiento, ascendió sustancialmente, toda vez que se compondrá de 247 Artículos, que incorporan conceptos y disposiciones innovadoras y de avanzada a nivel nacional.
SIN TRATAMIENTO CURATIVO
En el dictamen en referencia, se destaca que el VIH-SIDA, es una enfermedad con enormes complicaciones y de gran dificultad para su control y tratamiento, que ocasiona un enorme gasto al erario público, sin embargo, no se debe dejar de señalar que existen otras enfermedades transmisibles que representan un mayor impacto financiero y la pérdida de un mayor número de vidas de los sectores más vulnerables como son los niños y las personas de la tercera edad.
Este grupo de enfermedades es tan amplio y variado, entre las que se puede señalar a la gastroenteritis, hepatitis, influenza, neumonía, micosis, papiloma humano, sífilis, entre otras, por lo que el SIDA es una enfermedad muy grave, sin tratamiento curativo, solo paliativo, con un largo periodo de evolución y con desenlace fatal en un alto porcentaje, que requiere tratamientos muy costosos y vigilancia médica constante, circunstancia que la hace muy difícil de soportar en el seno familiar, por lo que la intervención del Estado resulta indispensable para afrontar esta calamidad de la mejor forma posible.
REPORTA VERACRUZ 10 MIL 920
En la República Mexicana, solo 5 entidades reportan el 50 por ciento de la totalidad de los pacientes con VIH-SIDA, de las cuales el Distrito Federal registró 20 mil 881 casos; el Estado de México 12 mil 183; Veracruz 10 mil 920; Jalisco 9 mil 911 y Puebla 5 mil 676, circunstancia que nos permite dimensionar el problema para presentar un frente común para atacarlo, determinando en nuestro ámbito de competencia las medidas sanitarias y legislativas para su prevención y control.
Sin embargo, también es cierto que hay enfermedades transmisibles que atacan a la población más vulnerable de la sociedad, las que asociadas a las precarias condiciones de vida de muchos de los capitalinos se expresan, entre otras cosas, en elevados índices de afectación a la salud y muerte prematura, pues coexisten enfermedades infecciosas y carenciales, con patología crónica y problemas derivados de la violencia, la inseguridad y los accidentes.
NO EVADE EL GRAVE PROBLEMA
La ALDF recalcó que no evade el grave problema que representa el VIH-SIDA, sin embargo, no se puede estereotipar o jerarquizar las enfermedades sin cometer graves errores que en nada ayudaría a resolver el problema; bajo esa perspectiva y a manera de ejemplo, en el 2007 y 2008 -según cifras del INEGI-, la influenza y la neumonía representaron la cuarta causa de muerte entre la población en general de México.
En tanto que el SIDA ocupó el décimo tercer lugar, de ahí que se puede concluir que existen otros padecimientos transmisibles de mayor impacto social pero de menor visibilidad.
Asimismo, la Nueva Ley de Salud para la Ciudad de México regulará regular diversos aspectos que en su oportunidad no fueron considerados en la Ley de Salud del Distrito Federal, y a efecto de propiciar las condiciones para que concluya el proceso de descentralización de los servicios de salud que, en el ámbito de su competencia, le corresponde garantizar al gobierno del Distrito Federal.
Con este decreto se pretenden superar las omisiones observadas en la ley vigente, a la vez que se busca vincular diversas disposiciones de la Ley General de Salud con las de la legislación local, entre las que destacan las siguientes innovaciones:
1. Los derechos y obligaciones de los usuarios de los servicios de salud;
2. Las bodegas y establecimientos similares;
3. Los estacionamientos y establecimientos relacionados;
4. Las lavanderías, tintorerías y planchadurías;
5. La venta de alimentos en restaurantes o establecimientos similares;
6. Las farmacias, boticas y droguerías;
7. Los hospitales, clínicas, consultorios y laboratorios, donde encontramos un sinnúmero de lugares dedicados al mejoramiento de la apariencia física de las personas, que han operado de forma irregular e irresponsable, provocando graves daños a la salud de quienes los usan y llegando incluso a cobrar varias vidas, en virtud de que son atendidos por personas irresponsables, sin los conocimientos y condiciones mínimas de salubridad.
De igual manera, se aprecia la proliferación de lugares que, escudándose en las prácticas alternativas de la Medicina, realizan diversos procedimientos o tratamientos que pueden ocasionar, no sólo la perdida de la salud, sino hasta la muerte, sin que para estos casos exista una regulación específica;
8. La disposición de órganos, tejidos, células y componentes del cuerpo humano, proponiendo entre otros aspectos la creación del Centro de Trasplantes del Distrito Federal;
9. Las adicciones;
10. Los accidentes, pues conscientes de su alto índice de ocurrencia y que representan la sexta causa de muertes en el Distrito Federal, se propone la creación del Consejo para la Prevención y Atención de Accidentes, mismo que jugará un papel fundamental en la promoción de las acciones de carácter preventivo, tanto del Gobierno como de la sociedad en su conjunto, y
11. El Sistema Metropolitano para la Prevención y Atención de Emergencias, para crear los mecanismos para el intercambio de servicios y el pago de los mismos en el caso de que no existiera reciprocidad.
Otro aspecto toral de la nueva Ley, es el relacionado con la definición e implementación de los planes y programas en materia de salud en el Distrito Federal y en cada una de sus demarcaciones territoriales, donde deben concurrir en forma seria, efectiva, coordinada y organizada, tanto las autoridades centrales como las delegacionales y la sociedad civil, en una tarea que es inaplazable y que está vinculada a la trasformación del perfil epidemiológico, demográfico, político y social de nuestra Ciudad.
En relación con la investigación y supervisión de los riesgos del medio ambiente para la salud de los habitantes, y por ser ésta la Metrópoli más contaminada del país, pues de acuerdo con el Instituto Nacional de Salud, de las 60 mil muertes que se registran al año en el Distrito Federal, cuatro mil se deben o están íntimamente relacionadas con la contaminación del aire y del agua, es por ello que se plasmó en este nuevo cuerpo normativo, las atribuciones que le permitan al Gobierno de la Ciudad, dedicar mayores recursos y esfuerzos a la investigación y desarrollo científico y tecnológico para hacer frente a dicha problemática.
De la misa manera, se pretende garantizar el derecho de acceso efectivo a los servicios de salud de los habitantes de la capital de la República y de las entidades federativas, que concurren a los centros de salud administrados por el gobierno del Distrito Federal; de igual forma, se busca atacar los problemas de una deficiente alimentación que derivan en obesidad y desnutrición y de un medio ambiente adverso a la salud de los capitalinos.
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