Aurora Cordero Pérez
La desocupación entre los jóvenes, de 2006 a 2009, se elevó de 904 mil a un millón 248 mil; la tasa de desempleo, en ese periodo, creció de 6.2 a 8.5 por ciento.
Ese fenómeno afectó más a las mujeres, pues en el primer trimestre de este año se registró un ascenso del 9.1 por ciento, mientras que en los hombres se ubicó en 8.1 por ciento.
En ese mismo periodo, la subocupación presentó un crecimiento al pasar de 5.7 en 2006 a 7.5 por ciento en 2009, afectando de esta manera a poco más de un millón de jóvenes con necesidad y disponibilidad de ofertar más tiempo de trabajo.
Ante ello, el secretario del Comité del Centro de Estudios de las Finanzas Públicas, diputado Carlos Puente Salas, dijo que el Congreso de la Unión debe exhortar al titular de la Secretaría del Trabajo y Previsión Social para que remita un informe sobre las acciones y resultados de las políticas emprendidas para promover la capacitación y obtención de trabajo en los jóvenes.
Agregó que el desempleo en los jóvenes es preocupante, ya que en caso de no resolver esa problemática no se puede aspirar a la subsistencia del aparato productivo nacional y la competitividad del país.
Comentó que de los jóvenes ocupados, 60.6 por ciento, labora en los servicios y el comercio; 26.7, en la industria; 12 por ciento, en las actividades agropecuarias, y 0.7 no especificó en qué sector de actividad económica labora.
En cuanto a sus ingresos, 39 por ciento percibe hasta dos salarios mínimos; 23.5, más de dos y hasta tres salarios mínimos, y 20.7 obtiene más de tres salarios mínimos; en contraste, 10.6 por ciento no recibe remuneración.
Argumentó que la mayor preocupación para los estados que no cuentan con una industria consolidada y en expansión que pueda proveer las suficientes oportunidades de empleo, es que los jóvenes vean en el crimen organizado una opción, a consecuencia de las pocas o nulas políticas que los apoyen para mejorar su calidad de vida.
Refirió que el Consejo Nacional de Población (Conapo) estima que México tiene 107.6 millones de habitantes; de ellos, 27.2 por ciento son jóvenes de 15 a 29 años; de este grupo, únicamente 14.7 millones son económicamente activos.
En un punto de acuerdo, también impulsado por el senador Javier Orozco Gómez, manifestó que se requieren políticas públicas encaminadas a proveerlos de oportunidades de empleo y acceso a la educación, porque en promedio la población joven tiene 9.7 años de estudio.
Añadió que de cada 100 jóvenes, dos no han logrado incorporarse o permanecer en el sistema educativo, cinco tienen primaria incompleta, 11 concluyeron la primaria, 38 cuentan con algún grado aprobado en secundaria, 28 tienen al menos un grado en estudios medios superiores y 16 aprobaron algún grado superior.
Dijo que mientras este grupo no pueda acceder a la educación tampoco se ubicará en un empleo bien remunerado, por lo que se requiere de políticas encaminadas a revertir esa realidad y de trabajar en conjunto con instituciones como la Secretaría del Trabajo y Previsión Social.
El legislador destacó que en dicho informe se deben detallar los recursos aplicados, el número de beneficiarios y anexar los resultados por entidad federativa del periodo 2007-2009.
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