Aurora Cordero Pérez
Es necesario replantear el delito de lenocinio, el cual debe desaparecer de la legislación y considerarlo como un delito de trata de personas, que condene la explotación sexual y permita identificar y acreditar los beneficios económicos o materiales que obtienen las redes criminales, aseguró lo anterior el diputado Alfonso Suárez del Real y Aguilera.
“Es necesario precisarlo, porque el delito de lenocinio como tal está inspirado en principios morales y fundamentalmente religiosos, por lo tanto, son subjetivos”, subrayó.
Además, existe una dificultad para acreditarlo, debido a un limbo subjetivo que permite a la autoridad judicial manejarlo para exonerar o para condenar.
La legislación es tan resbaladiza en la materia, que las acciones de emancipación, concientización e instrucción en materia de derechos fundamentales en favor de las sexoservidoras pueden malinterpretarse como parte del fomento a la prostitución, enfatizó.
Agregó el legislador del PRD que también existen lagunas jurídicas respecto a las acciones que se impulsan entre la sociedad y las personas que se dedican al sexoservicio, como acuerdos para especificar dónde, cómo y qué pueden hacer los sexoservidores.
Sin embargo, señaló que la problemática que encierra esta actividad incluye también a quien demanda los servicios de estas personas, por ello dijo que es necesario que en la legislación y en las políticas públicas se tome en cuenta a los dos: al cliente y al que ofrece el sexoservicio.
“En este asunto también se debe tratar con el cliente, porque éste nunca aparece, nunca nadie lo menciona y éste es un asunto en doble vía: del oferente y el consumidor”.
Asimismo, señaló que para que desaparezca la prostitución se debe cambiar el sistema económico, garantizar una renta básica a cualquier habitante de cualquier edad, a fin de que no se vea forzado a ingresar a esta red por hambre.
La prostitución, agregó, está férreamente controlada por organizaciones criminales y “la realidad social demuestra que con una política económica que condena a la pobreza a la mayoría de los habitantes, la prostitución es, lamentablemente, la última oportunidad que tienen niñas, niños, hombres y mujeres para llevar dinero a su casa, y eso es gravísimo”, puntualizó.
Afirmó que estas personas ejercen este oficio por una forzosa necesidad de sobrevivencia; sin embargo, reconoció que cuando se dan cuenta de que un trabajo les retribuiría dos salarios mínimos, prefieren no cambiar su actividad porque como sexoservidor o sexoservidora es lo que ganan en una hora.
Ante la población de sexoservidores que hay en la Ciudad de México, la cual calculó entre siete mil y ocho mil personas, “pero hay cifras de organizaciones que hablan de 40 mil ó 50 mil”.
Suárez del Real dijo que se debe reconocer este oficio como un trabajo y brindar a estas personas una mejor condición de vida y alejarlas de las redes criminales.
“Si se reconoce como trabajo no asalariado habrá mucho más posibilidades de control, que bajo el esquema que tenemos actualmente que les da carta blanca a las redes de trata, porque no hay quien pueda meter al orden a estas organizaciones, entonces hagámoslo reconociendo que es una actividad que existe y que necesita tener márgenes de regulación y de control”.
Durante la presentación del libro “Gritos en el Silencio: Niñas y Mujeres Frente a las Redes de Prostitución, un Golpe Para los Derechos Humanos”, de Elvira Reyes Parra, el legislador indicó que el libro aporta un referente inédito en Latinoamérica, pues integra la experiencia de la psicóloga encargada del Centro de Atención Integral a las Sexoservidoras (CAIS), el cual desapareció por presiones de las redes criminales que manejan la prostitución en la Ciudad de México, que desvirtuaron la actividad del centro y obligaron a la Comisión de Derechos Humanos del Distrito Federal a cerrarlo.
UNA REALIDAD CLANDESTINA
En su participación, el doctor en derecho, Ricardo Sepúlveda, consideró que el libro aborda una realidad clandestina e invisible que afecta a niñas, niños, mujeres y hombres de cualquier edad. “Es un problema estructural que se debe atender con un enfoque de derechos humanos y convertirse en una decisión del Estado que impacte las decisiones de más alto nivel”.
Dijo que las causas de la prostitución son “la maraña de impunidad y corrupción y una disparatada economía en la que hay una concentración de la riqueza en unos cuantos”.
La psicóloga Sofía Ramón Montes comentó que es necesario elaborar un diagnóstico de la prostitución para hacer leyes que ayuden a las sexoservidoras y sexoservidores a liberarse y empoderarse para que puedan tomar decisiones libremente y enfrentar a sus explotadores.
Enseguida, Beatriz Santamaría Monjaraz destacó la necesidad de implementar acciones de prevención para proteger a los niños de estos riesgos. Señaló que los más expuestos son los niños y niñas en situación de calle.
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