Ignacio Arellano Mora
La Secretaría de Agricultura, Ganadería, Desarrollo Rural, Pesca y Alimentación (Sagarpa) destinó en 2009, recursos por 40 millones de pesos para fomentar el cultivo y conservación de las 52 variedades de maíces criollos que se tienen identificadas en todo el país.
A su vez, la Confederación Nacional de Productores Agrícolas de Maíz de México (CNPANM), que agrupa a más de 800 mil campesinos, tiene en marcha en varios estados el Proyecto Maestro de Maíces Mexicanos.
Desde el año 2002, se realizó un diagnóstico sobre la situación de las variedades de maíz, cuyo país de origen es México, y a partir de entonces el Gobierno Federal tiene en marcha el Sistema Nacional de Recursos Fitogenéticos para la Alimentación y la Agricultura (SINAREFI), a través del cual se conservan y aprovechan todos los recursos genéticos vegetales.
Para proteger y conservar los maíces criollos, la Sagarpa , a través del Servicio Nacional de Inspección y Certificación de Semillas lleva a cabo los siguientes programas:
Conservación y Mejoramiento In Situ, a través de este programa, los agricultores se convierten en los guardianes de sus semillas en sus propios terrenos, guardan los maíces en bancos comunitarios y los continúan cultivando para evitar su desaparición.
Con los productores custodios o guardianes se han convenido acciones para la siembra de una hectárea para la conservación de muestras de las 52 razas en los ciclos agrícolas Primavera-Verano 2009 y Otoño-Invierno 2009/2010.
El reto es conservar 10 mil muestras de las 52 razas de maíces criollos y registrarlas en los bancos regionales, a fin de evitar las acciones de piratería.
Conservación Ex Situ: con esa modalidad, las semillas se guardan fuera del lugar donde se cultivan, generalmente en cuartos fríos, plantaciones en campo, jardines botánicos o mediante otras técnicas de resguardo.
Fomento a la Investigación y Creación de Capacidades. Ya se han integrado 45 redes para atender especies prioritarias; se imparten cursos y talleres y se realizan publicaciones que contribuyen al conocimiento y difusión de las acciones en beneficio de los maíces criollos.
Adicionalmente, se trabaja en la identificación de la huella genética de razas de maíz. Esta acción se inició en septiembre de 2008 y concluye en noviembre de 2010; ya se avanzó en el establecimiento en campo de muestras representativas de cada raza de maíz y se corroboran sus características morfológicas para obtener los análisis moleculares.
Con el Centro Internacional de Mejoramiento de Maíz y Trigo (CIMMyT) se trabaja en la generación de tres híbridos de maíz y seis variedades resistentes a la sequía, cuyos resultados se prevén tenerlos concluidos antes del año 2012.
Paralelamente, la Confederación Nacional de Productores Agrícolas de Maíz de México (CNPAMM), en la que están afiliados más de 800 mil productores de todo el país, tiene en marcha el Proyecto Maestro de Maíces Mexicanos con acciones directas en los estados de Puebla, Oaxaca, Tlaxcala y Estados de México.
Al respecto, el presidente de la Organización , Efraín García Bello explicó que “los productores tenemos muy claro lo que queremos: no se trata de conservar las razas de maíz metiéndolas al refrigerador junto con el agricultor, buscamos en coordinación con el gobierno, obtener valores agregados de estas variedades para que sea altamente atractivo su cultivo”.
En breve, agregó, se iniciará la producción de harina con propiedades altamente benéficas para la salud y también se busca aprovechar las diversas propiedades antioxidantes y de pigmentación de esta semilla, así como su empleo en la elaboración de artesanías y en actividades gastronómicas.
Además del maíz, la Sagarpa trabaja en la conservación y cultivo de semillas de calabaza, frijol, girasol, amaranto, jitomate, calabaza y plantas como la jatropha, vainilla, tabaco, cempasúchil, orquídeas, nopal, papaya, pitaya, quelites, yuca, verdolagas, entre muchas otras.
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