Aurora Cordero Pérez
Frente al cambio climático mundial, es necesario un nuevo pacto social y económico que involucre en su solución a los 23.3 millones de habitantes de comunidades rurales en situación de pobreza, quienes están en posesión del 80 por ciento de los recursos forestales, propuso el diputado federal Armando Ríos Píter.
“En el diálogo global es importante que la participación de México se dirija hacia un nuevo pacto social y económico nacional frente a la globalización y el cambio climático, en donde el segmento de la población rural en pobreza extrema sea parte activa de la solución impulsando esquemas que combinen la agricultura familiar sustentable para garantizar la seguridad alimentaria, así como la conservación ambiental”, puntualizó.
El integrante del Grupo Parlamentario del Partido de la Revolución Democrática (PRD) destacó que en la reciente aprobación del Presupuesto de Egresos 2010, resaltó la asignación de casi 2 mil millones de pesos para el Programa Especial de Seguridad Alimentaria (PESA).
“Para el caso de Guerrero, éste involucra a 25 mil hogares en proyectos para la producción sustentable de alimentos y la realización de obras para la conservación de agua y suelos, habiendo logrado reducir en 12 por ciento la pobreza alimentaria de los beneficiarios”, puntualizó.
Además, señaló, han sido restauradas 60 mil hectáreas, situación que se refleja en la diversificación de actividades productivas y mejores rendimientos, según un estudio de impacto realizado por El Colegio de México y la Universidad de California Davis
El legislador por el Estado de Guerrero aseveró que impulsar obras de conservación en las poblaciones rurales tiene efectos muy positivos en la producción de alimentos, logrando un doble objetivo: atacar la pobreza y detener el deterioro ambiental.
“Por ejemplo, una hectárea con obras de restauración de suelos permite acumular agua para un siguiente ciclo productivo, con capacidad para abastecer dos hectáreas adicionales”, subrayó.
Ríos Píter explicó que si las obras se realizan en una microcuenca, una hectárea forestal conservada permite la recarga de agua suficiente para otras seis, con lo cual se abastece uno de los insumos más importantes para la producción alimentaria en zonas rurales marginadas.
En ese contexto, destacó que –según datos de la FAO, a nivel mundial existen dos mil 940 millones de personas rurales, de los cuales mil millones sufren hambruna y perderán el 11 por ciento de la tierra cultivable, debido al cambio climático.
“Sin embargo, este mismo organismo estima que mediante la adaptabilidad y el manejo integrado de bosques, se podría revertir esta situación y sostener la vida para alrededor de dos mil millones de personas”, recalcó.
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