Ignacio Arellano Mora
El coordinador de la diputación federal del sector agrario, Alberto Jiménez Merino, se pronunció por emprender una revolución educativa en el campo mexicano para formar recursos humanos que mejoren la productividad, la competitividad y el ingreso para impulsar el desarrollo sustentable de las comunidades rurales.
Al hacer un balance de la problemática que enfrenta actualmente el sector agropecuario, el legislador afirmó que hay en el campo más de siete millones de jóvenes que no estudian ni trabajan, y citó que hay 50 millones que padecen pobreza patrimonial, y de esta cifra 20 millones de seres se encuentran inmersos en la pobreza alimentaria, de éstos, el 75 por ciento se ubica en las áreas rurales.
Resaltó que nueve millones de mexicanos en el campo no tienen ingresos y diez millones ganan menos de 50 pesos diarios. Seis millones no saben leer ni escribir; diez millones no han terminado la primaria y 17 millones no han concluido la secundaria.
El coordinador de los diputados del sector campesino, subrayó que el 75 por ciento de los productores supera los 55 años de edad, lo que se convierte en la causal de la verdadera resistencia al cambio.
Jiménez Merino apuntó que dadas estas circunstancias, ante la falta de apoyos, han aumentado sustancialmente las importaciones de alimentos de primera necesidad, como es el caso del maíz, trigo, arroz, soya e incluso de carne de bovino y pollo.
Añadió que en los últimos tres años, se deterioró en 44 por ciento el nivel de vida de losa campesinos a raíz del incremento de los precios de la canasta básica, y señaló que tan sólo en el 2009 se perdieron 500 mil empleos. Hay 3.5 millones de profesionistas que no tienten trabajo, y los que están ocupados ganan lo equivalente a tres salarios/promedio.
Luego de presentar este panorama, el diputado federal priista por el Estado de Puebla, expresó el imperativo de impulsar una revolución educativa que permita acabar con los rezagos, ya que son evidentes los bajos niveles de escolaridad en el campo y por la carencia de programas que alienten una educación integral, formativa.
Se tienen que emprender medidas para abatir los altos niveles de desempleo y para acabar con la subutilización de las parcelas escolares. Se requieren, profundizó, profesionistas ejecutores, y al mismo tiempo resulta indispensable una planeación institucional.
Expuso que actualmente los profesionistas en el campo se enfrentan a estas situaciones que tienen que superarse: hay mucha teoría y poca práctica; existe desconocimiento de talentos y habilidades, los contenidos temáticos son dispersos, hay poca vinculación en cuanto a problemas comunitarios y productivos.
Y manifestó que así como hay muchos estudios sobre pobreza, también se debe enseñar a generar riqueza, y ante ello es necesario que haya más participación política y mayor liderazgo parea que los profesionistas de las rurales cuenten con los conocimientos para el éxito, para elevar producción y productividad, para aprovechar racionalmente los recursos disponibles, identificar los problemas ambientales, productivos y socioeconómicos, así como para enseñar el conocimiento de una lengua extranjera y computación como herramienta de trabajo.
Su propuesta, indicó, está dirigida a formar personas que antes de 20 años tengan independencia financiera, así como para formar líderes y profesionistas ejecutores que hagan mejores productores. Hay que desarrollar modelos de autoproducción alimentaria como condición para generar excedentes e ingresos.
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