Aurora Cordero Pérez
Dada la importancia que tiene prevenir el consumo en las mujeres, se ha propuesto que este año el tema para el Día Mundial sin Tabaco, instaurado en 1988 por Naciones Unidas, sea “Género y tabaco: la promoción del tabaco dirigida a las mujeres”. Por tal motivo, el Instituto Nacional de Estadística y Geografía (INEGI) presenta información relacionada con el tema, poniendo énfasis en las diferencias por sexo.
El tabaquismo representa un problema de salud pública importante en todos los países, dado que es socialmente aceptado y de fácil acceso, por lo que constituye un problema de difícil erradicación o control. El consumo de tabaco es una ventana para el inicio del consumo de alcohol o drogas, y es factor de riesgo en seis de las ocho principales causas de defunción en el mundo.
De acuerdo con la Organización Mundial de la Salud (OMS), cada año mueren 5.4 millones de personas que padecen cáncer de pulmón, cardiopatías y otras enfermedades relacionadas con el consumo del tabaco, y estima que de continuar así, para 2030 aumentará a poco más de ocho millones. Asimismo, menciona que este problema ha alcanzado una esfera distinta, pues mientras que para los hombres la tasa de tabaquismo ha alcanzado su punto más alto, la tasa en las mujeres ha tendido a aumentar, de tal forma que, 20% de los fumadores en el mundo son mujeres.
En este sentido, las consecuencias del consumo de tabaco se relacionan con enfermedades de pulmón, respiratorias y cardiopatías ; a las mujeres las predispone a otras enfermedades, tales como disminución de la fertilidad, alteraciones en el funcionamiento de las trompas de Falopio, mayor riesgo de fracturas por disminución de la densidad ósea, además de ser un factor de riesgo para cáncer cervicouterino; durante el embarazo se relaciona con placenta previa, parto prematuro y retraso del crecimiento uterino, con bajo peso al nacer, la posibilidad de muerte de cuna y resultados bajos del recién nacido en la prueba Apgar .
INICIO DEL CONSUMO DIARIO
En el mundo, información de 151 países muestra que cerca del 70% de las mujeres adolescentes fuman, mientras que sólo lo hacen 12% de los hombres del mismo grupo de edad. En México, de acuerdo con los resultados de la Encuesta Nacional de Adicciones de 2008, los estados que presentan la edad de inicio diario al consumo del tabaco más temprana son San Luis Potosí y Jalisco (16.2 años); en contraste, en Chiapas la edad promedio es de 19.3 años.
De acuerdo a la misma encuesta, se observa que los hombres residentes en el Distrito Federal y Colima presentan la edad de inicio del consumo diario más temprana (15.7), mientras que Yucatán y Puebla se encuentran en el extremo opuesto, iniciando el consumo diario a los 17 años. Por su parte, la edad de inicio diaria más temprana entre las mujeres es a los 17 años en Querétaro, mientras que las mujeres de Sinaloa inician el consumo diario más tardío (20.5).
Resulta importante mencionar que a pesar de que las mujeres muestran las edades más tardías de inicio al consumo diario, a nivel nacional, son ellas quienes presentan los mayores porcentajes de consumo activo, concentrando 76.6% contra 52.2% en los hombres. De igual forma, también son ellas las que tienen los menores porcentajes de exfumadores, con 9.9% de los casos; mientras que los varones concentran 27.8%. En relación con los hombres, las mujeres presentan un porcentaje inferior de población que nunca ha fumado (13.5% contra 21% de los hombres). Estos datos indican que potencialmente, las mujeres están más habituadas al consumo de tabaco que los hombres.
Si se considerara exclusivamente la edad de inicio como único indicador, se puede inferir que las mujeres tienen mejores herramientas para negarse a iniciarlo; sin embargo, esta situación no es tan benigna, pues la información disponible dice que son ellas quienes tienen menos probabilidad de dejar de fumar.
Observando lo anterior, es posible establecer líneas de investigación que permitan apoyar a este grupo de población y encaminar los esfuerzos para evitar el inicio del consumo en las mujeres y, sobre todo, estar orientados a la prevención secundaria, es decir, evitar que este consumo genere problemas de salud más graves y/o difíciles de tratar.
GASTO EN LOS HOGARES
El porcentaje del gasto por consumo de tabaco en los hogares no ha variado significativamente en los últimos años a nivel nacional, puesto que ha oscilado de 2000 a 2008 entre 0.7% y 0.8% respecto al gasto total destinado para alimentos, bebidas y tabaco. Aunque este porcentaje puede parecer mínimo en términos absolutos corresponde en 2008 a 1 412 732 miles de pesos.
Considerando que el costo promedio de una cajetilla de cigarros es de 30 pesos y la mayoría de las enfermedades relacionadas con el tabaquismo se catalogan como crónico degenerativas, es decir, que se complican con el paso del tiempo, más los años de vida perdidos en hospitalización, costos de traslado, medicamentos, de personal, entre otros, necesarios para atender a un paciente, resulta evidente la necesidad de controlar su consumo y mitigar sus consecuencias. Resultará al largo plazo más caro atender las consecuencias del fumar que el costo mismo del tabaco. Por otro lado, cuando el consumo se convierte en una adicción, muy seguramente se tomaran recursos monetarios destinados a otras necesidades para cubrir la adicción.
MORBILIDAD
Existen diversas enfermedades relacionadas con el consumo de tabaco (de pulmón, respiratorias y cardiopatías), de las cuales se han identificado por lo menos 25 enfermedades mortales y discapacitantes atribuibles a su consumo.
En México, una de las principales causas de morbilidad hospitalaria relacionada con el consumo de tabaco son los tumores malignos, padecimiento que afecta en mayor proporción a las mujeres. Para los hombres la tasa de morbilidad ha aumentado, al pasar de 107.8 en 2003 a 133.2 en 2008, teniendo un incremento de 25.4 puntos; en sentido opuesto, para las mujeres la tasa ha disminuido al pasar de 160.6 en 2003 a 140.6 en 2008, con una reducción de 20 puntos; a pesar de esta reducción la incidencia sigue siendo mayor en las mujeres.
Las enfermedades cardiovasculares también se encuentran estrechamente relacionadas con el consumo de tabaco, al respecto la tasa de morbilidad para la población masculina se incrementó de 2003 a 2008 en 29.1 puntos, al pasar de 208.7 a 237.8, respectivamente. Por otra parte, al igual que los tumores malignos, la incidencia de estas enfermedades ha disminuido entre las mujeres, al reducirse de 229.6 en 2003 a 216.4 en 2008. Llama la atención que para ambos grupos de población en dos años presentan tasan muy por debajo a la que se venía observando, en los hombres en 2004 de 125.3 y para las mujeres en 2007 con 115.4.
En el caso de las enfermedades respiratorias para los hombres se observan variaciones importantes, pues mientras en 2003 la tasa de morbilidad alcanzo un valor de 126.5, al siguiente año se triplicó (396.9), para posteriormente disminuir hasta llegar a 126.0 en 2008. Un comportamiento similar se presenta en las mujeres, pues mientras en 2003 la tasa de morbilidad era de 115.9, y en 2008 aumento a 119.3, se presenta la tasa más alta en 2007 con 498.7.
La mayoría de las enfermedades relacionadas con fumar están catalogadas como enfermedades crónico-degenerativas, es decir, que se complican con el paso del tiempo.
MORTALIDAD
De acuerdo con la OMS, en el Siglo XX ocurrieron 100 millones de muertes atribuibles al tabaco y estima que, para el 2030 será un billón. La Organización Panamericana de la Salud (OPS), reporta que a largo plazo, los fumadores tienen 50% de probabilidad de morir como consecuencia de una enfermedad relacionada con el consumo de tabaco, y de éstas, casi la mitad ocurrirá entre la población de 35 a 69 años.
En México, durante los últimos diez años ninguna de las causas de mortalidad relacionadas con el tabaquismo ha mostrado cambios importantes. En porcentaje de población que ha muerto por enfermedades isquémicas del corazón ha aumentado de 45.9% en 1998 a 49.5% en 2008. En los tumores malignos de tráquea, bronquios y pulmón; enfermedades cerebrovasculares; y crónicas de las vías respiratorias inferiores, se observa una disminución relativa en este mismo periodo (6.7 a 5.6%; 26.8 a 25.0%; y 19.0 a 18.4%, respectivamente).
En este mismo sentido, se observa que la tasa estandarizada de mortalidad más alta es la referente a las enfermedades isquémicas del corazón, que afecta en mayor medida a los hombres (92.0) en relación con las mujeres (56.9); la tasa estandarizada para enfermedades cerebrovasculares se comporta de manera similar en ambos sexos (34.7 hombres y 33.4 mujeres); finalmente la tasa de mortalidad por cáncer pulmonar, bronquios y tráquea es de más del doble para los hombres en relación con la de las mujeres, siendo de 12.7 y 5.4, respectivamente.
CONSIDERACIONES FINALES
La OMS propone una estrategia para el control del tabaco, llamada MPOWER, misma que incluye seis políticas que tienen la intención de detener el consumo del tabaco (tomado de OMS, 2010):
* Monitoring: Vigilar el consumo de tabaco y las políticas de prevención.
* Protecting: Proteger a la población de la exposición al humo de tabaco.
* Offering: Ofrecer ayuda para poder dejar de consumir tabaco.
* Warning: Advertir de los peligros del tabaco.
* Enforcing: Hacer cumplir las prohibiciones sobre publicidad, promoción y patrocinio.
* Raising: Elevar los impuestos al tabaco.
En México, una de las acciones recientes para controlar el consumo de tabaco, fue la prohibición de fumar en lugares cerrados.
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