31 de mayo de 2010

Discriminación salarial, una constante que enfrentan las mujeres

*** Además, son las primeras que son despedidas por recortes de personal



Aurora Cordero Pérez

De acuerdo con un análisis del Centro de Estudios para el Adelanto de las Mujeres y la Equidad de Género, titulado “Oportunidades de Retiro para las Mujeres en México”, sólo el 29 por ciento de las mujeres ocupadas están incorporadas al sector formal de la economía, es decir cuentan con seguridad social, las demás o tienen contratos temporales (5.8 por ciento), o no tienen contrato (29.1%).

El documento señala que de las mujeres que ganan menos de un salario mínimo, sólo 1 por ciento tiene derecho a las instituciones de salud y a prestaciones sociales, mientras que las que tienen ingresos superiores a 5 salarios mínimos, 18 por ciento obtiene prestaciones completas. Sin embargo, el grueso de las trabajadoras que cotizan a la seguridad social está entre uno y tres salarios mínimos (75%).

Subraya que la discriminación salarial que sufren las mujeres en casi todas las actividades y profesiones en que trabajan ha sido una constante a lo largo de los años. Combatir esta discriminación representa una tarea sumamente difícil, a pesar de lo que establece la Ley Federal del Trabajo y de las luchas de las organizaciones de mujeres.

“Esto es así, porque la sociedad, y en particular los patrones, consideran que los ingresos de las mujeres son un complemento al salario familiar, no el sostén de la familia”, acotó.

Las mujeres se concentran en las actividades y profesiones de más baja remuneración, 76 por ciento de la población ocupada femenina trabajaba como comerciantes, obreras, oficinistas y trabajadoras domésticas. 45 por ciento de las obreras y artesanas ganan entre menos de uno y dos salario mínimo, respecto de los hombres.

Añade que la falta de prestaciones sociales forma parte de la política utilizada por los empresarios para reducir costos. Es frecuente que pequeños y medianos empresarios liquiden a su personal y vuelvan a establecer relaciones laborales bajo la figura de trabajo a domicilio.

También sucede que se contrata a mujeres en jornadas flexibles, cuya duración depende de las cargas de trabajo o de las necesidades de la empresa, y por lo tanto no reciben las prestaciones mínimas de la ley laboral vigente, precisa.

El estudio resalta que las mujeres son las primeras en ser despedidas cuando hay recorte de personal. De ahí que la tasa de desempleo es más alta en las mujeres que en los hombres. Los despidos y la falta de oportunidades de obtener un empleo llevan forzosamente a interrupciones en la seguridad social, y por tanto se afecta las posibilidades de cumplir los requisitos que marca la ley para tener derecho a una pensión.

Indica que la pobreza en la tercera edad es 70 por ciento superior que en el resto de la población. La mayoría de las mujeres adultas mayores (90%) dependen de la ayuda familiar para vivir.

Según cifras del INEGI, 18.4 por ciento de las mujeres mayores de 60 años han sido maltratadas, los principales agresores son los hijos (58.7%) y la hijas (53.1%). Están relacionadas con la humillación a que se ven sometidas. La falta de una pensión que le permita vivir con dignidad y carecer de atención médica son factores que acrecientan el ambiente de rechazo.

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