Desde hace dos años, justo en la aprobación de la Ley de Ingresos para 2010, quedó acreditado que el de la fuerza en el PRI era Peña Nieto y no Beltrones.
Ambos estaban en los prolegómenos de lo que ahora ha derivado en la bajada de Manlio del carro de la sucesión presidencial.
¿Por qué el comandante de los priistas en el Senado decidió abandonar la lucha por la candidatura tricolor?
Las elucubraciones siguen. No parece suficiente el desplegado publicado en la llamada prensa nacional por el senador Beltrones.
Hay más, mucho más allá de la simple declinación que ha dejado hasta ahora, como pre candidato único del PRI, a Peña.
Entre lo que seguramente hay, es una negociación para abrir vía libre a la reforma política promovida y aprobada en el Senado por Beltrones, y a la que cerró el camino el mexiquense y los 237 diputados tricolores que controla.
Tal reforma política parece pelotita de ping-pon, pues la Cámara de San Lázaro la rebotó al Senado y ahora Beltrones bien podría darle una afinada para modificar el sistema presidencialista que ya está agotado.
Podrá alegarse que ya no son tiempos para reformar la Constitución, pero a lo mejor, con calzador, es metida en la legislación secundaria.
El caso es que Beltrones no se ahorcó con su “Mañana, empiezo otra vez”. El va por dos figuras: ser jefe del gabinete y, obvio, el gobierno de coalición. Su peso, en ambas direcciones, es definitivo.
Él trae su juego y lo está jugando.
Los fauls de Peña comenzaron allá en los finales de 2008 y se volvieron gráficos en noviembre de 2009, cuando fueron incrementados el ISR y el IVA,
La lucha Peña Nieto-Beltrones por los ingresos federales de 2010 tuvo como baluarte conseguir mayores recursos para los gobiernos estatales y garantizar el triunfo del PRI en las elecciones para renovar, ese años y en 2011, 11 gubernaturas estatales.
Ese noviembre de 2009, Beltrones y su PRI del Senado, se abstuvieron de votar el incremento de tres puntos a ambos gravámenes.
El PRI de Peña en la Cámara, encabezado por Francisco Rojas, ya había aprobado tal incremento y el faul iba dirigido, ni más ni menos, a Beltrones.
Esa abstención beltronista había dejado claro por cuál vereda iba el sonorense.
Pero Peña creció, porque el aumento a los impuestos se achacó al PAN y el mexiquense siguió creciendo en imagen y popularidad al participar, sábados y domingos, en las campañas de los candidatos priistas que ganaron 8 de las 11 gubernaturas en disputa.
Ahí, comenzó a tejer esa que a la postre podrá ser la candidatura de unidad del PRI.
El nuevo quid para Peña y “su” PRI es cómo va atorarle a los dos meses de precampaña que se echarán solos los tres “pre” del PAN.
A Peña y AMLO, salvo que con “patiños” se atrevan salvar los candados de la ley y engañen abiertamente a la ciudadanía, por disposición del Cofipe no tendrán acceso a los tiempos oficiales de radio y televisión. Tampoco podrán contratarlos directamente o por conducto de terceros.
Ni siquiera podrán hacer proselitismo en esos 60 días que formalmente arrancarán el 18 de diciembre. La prensa escrita también cerrará sus páginas a la propaganda pre electoral.
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